- Antes de comenzar la
práctica, estudia y conoce perfectamente todos los detalles técnicos de la
postura.
- Si es posible, evacúa
la vejiga y los intestinos antes de iniciar la sesión de asanas.
- No empieces la sesión
hasta haber finalizado la digestión.
- Utiliza ropa cómoda
que te permita libertad de movimientos, preferiblemente prendas de
algodón.
- Despojate de todos
los objetos metálicos: reloj, medallas, gafas, etc.
- Dispón de suficiente
espacio, apartando los muebles u objetos que puedan estorbar o entrañar algún
peligro.
- Realiza los
ejercicios sobre una alfombra o una manta doblada.
- La habitación debe
estar bien ventilada, pero sin corrientes de aire y a una temperatura
agradable.
- Evita lugares
ruidosos y la posibilidad de ser interrumpido durante la práctica.
- No practiques cuando
tengas fiebre o estés enfermo o con alguna contraindicación específica.
- Antes de realizar las
asanas debes preparar el cuerpo con algún ejercicio de calentamiento como la
salutación al sol.
- Adapta la práctica de
asana a tus posiblidades y necesidades personales.
- Aborda primeramente
las posturas más asequibles y con una intensidad ajustada a tus condiciones y
necesidades. La práctica debe ser progresiva. Si alguna de las asanas clasicas
no te resulta asequible, puedes sustituirla con una variante más suave.
- Si es posible,
practica todos los días a la misma hora. Los momentos más favorables son el
amanecer y el atardecer.
- Para conseguir un
mejor resultado práctico, al principio realiza siempre la misma secuencia de
asanas y en el mismo orden. Más adelante podrás introducir las variantes y los
cambios que te convengan.
- Si practicas al aire
libre, lo cual es ideal, no lo hagan nunca bajo el sol del mediodía o cuando
este sea muy intenso. Tampoco se ha de practicar después de largos períodos de
baños de sol.
- Si deseas ducharte,
es mejor que lo hagas antes de la sesión, o esperar al menos media hora después
de haberla concluido.
- Las mujeres durante
la menstruación deberán practicar con precaución y evitarán las posturas
invertidas. En caso de embarazo a partir del quinto mes habrá que interrumpir
la práctica habitual y adaptar la sesión a las nuevas necesidades.
- Nunca fuerces, evita
el espíritu de competición con los demás y contigo mismo. No intentes
sobrepasar tu propia capacidad.
- Si dispones de poco
tiempo, resume la sesión y evita practicar con prisa.
- Comprueba que
ejecutas las posturas correctamente, respetando todos sus detalles
técnicos.
- Si una postura
produce molestias es conveniente descartarla por algún tiempo. En caso de
incomodidad es mejor deshacerla y volver a empezar.
- Evita realizar los
ejercicios mecánicamente o con la mente ausente. Cada vez que realices una
postura tiene que ser algo nuevo, como si fuera la primera vez, con mucha
atención, curiosidad e interés. Evita caer en la repetición mecánica y en la
monotonía.
- Administra la energía
de forma que en cada ejercicio utilices los músculos imprescindibles en su tono
justo, mientras los demás están relajados.
- Respira siempre por
la nariz. Antes de comenzar sintonízate con tu impulso respiratorio y deja que
se establezca una respiración amplia, lenta y abdominal.
- No comiences una
nueva postura hasta que la respiración y el ritmo cardíaco se hayan
normalizado.
- Entre asana y asana
intercala una pausa de uno o dos minutos. Aprovéchala para relajarte y
recuperarte realizando algunas respiraciones yóguica completas. Este es un
momento apropiado para tomar consciencia del efecto que ha dejado el ejercicio
que acabas de realizar.
- Durante las posturas
mantén una respiración lenta, profunda, rítmica y abdominal. En algunas
posturas tendrás que realizar la respiración torácica. Observa qué
repercusiones tiene esta forma de respirar (ventajas o desventajas) por ejemplo
en el arco, el pez, la cobra o la pinza.
- Como norma general
cada postura debe ir seguida de su correspondiente contrapostura. Siempre que
se moviliza el cuerpo en una dirección a continuación habrá que hacerlo en
dirección opuesta. Así se equilibran y complementan los efectos de las
asanas.
- Entra y sal de las
posturas lentamente, observando todos los músculos que se van
contrayendo-descontrayendo a medida que realizas el ejercicio.
- Mantén la postura
final en completa inmovilidad pero sin rigidez ni tensión.
- Durante toda la
sesión mantén la actitud de estar "aquí y ahora". "Aquí quiere
expresar la presencia en el cuerpo y "Ahora" la consciencia en la
respiración a cada instante.
- Da paso a tu
espontaneidad y cuando sientas que el cuerpo demanda o necesita una postura
concreta, realízala aunque tengas que modificar el orden de la secuencia. Ten
presente que el cuerpo tiene sus razones y es bastante corriente que,
súbitamente, te apetezca realizar una postura o evitar alguna otra. Es la
manifestación de tu instinto y debes respetarlo. Escucha a tu cuerpo y ten en
cuenta sus mensajes.
- Es muy importante la
perseverancia y disfrutar de la práctica. No te impongas un plan de trabajo
rígido, sino que sé mas bien natural y flexible para que tu sesión de asanas se
transforme en un juego que disfrutes plenamente.
- Termina siempre la
sesión con una relajación completa, un mínimo de diez minutos.
- Si practicas las
asanas diariamente es recomendable descansar un día a la semana.
- Al practicar las
asanas o cualquier otra técnica de yoga deja que prevalezca el sentido común,
el amor y la quietud.
Fuente: Yogaconciencia den la tradición Swami Digarmbarananda Saraswati, de la orden de Swami Paramahamsa Satyanana.