La sincronicidad.

Denominado por la mayoría de las personas como "casualidades", la sincronicidad es el principio que rige esa serie de circustancias y acontecimientos que nos pasan en el momento justo, en el lugar idóneo, en la situación perfecta.

Cuando sin saber porque las cosas nos llegan cuando las necesitamos, nos encontramos con alguien que nos resuelve un problema cuando acabamos de pensar en el, o aparece la puerta abierta perfecta para el siguiente paso tras haber completado el anterior, eso es la sincronicidad. La sucesión de acontecimientos sincronizados en pos de un objetivo marcado, consciente o inconsciente, que tachamos de casualidades porque nos sorprende que todo este ocurriendo de forma tan perfecta y lineal.

¿Como funciona?

La sincronicidad, tiene que ver con lo que decia Paulo Coelho en El Alquimista: "cuando deseas algo, todo el universo conspira para que lo consigas".

En la naturaleza reinan las pulsiones periódicas. Los latidos del corazón, la respiración, la traslación de la Tierra o el movimiento de los planetas son ejemplos de oscilaciones naturales.
Muchas veces sentimos que no estamos en sincronía con nuestra esencia entonces ¿que debería ocurrir?,pues bien la física nos indica que deberíamos dejar hacer a la naturaleza.

Para demostrar este fenómeno físico, te invitamos a ver este video.

Como se podrá comprobar, una vez que los metrónomos empiezan a oscilar sobre la tabla y las latas, el desplazamiento de cada uno de ellos influye en el siguiente, de forma que a los pocos segundos todos los metrónomos terminan perfectamente sincronizados. 

El fenómeno de la sincronización se conoce desde febrero de 1665, cuando el físico Christiaan Huygens descubrió que los dos péndulos colocados en la pared de su cuarto habían sincronizado sus movimientos de forma misteriosa. De alguna manera, supuso Huygens, los relojes estaban interaccionando a través de la pared, lo que le llevó a esbozar una primera explicación de los osciladores acoplados.

Nuestros ritmos circadianos, las ondas cerebrales o muchos de nuestros procesos nerviosos están regidos también por este ajuste de frecuencias, que permite a la Naturaleza tejer su propio ritmo.

Fuente: Cuanto falta para llegar