La imagen corporal en Yoga
Según mi experiencia y la de otras personas cuando miran vídeos de yoga en YouTube, tienden a centrarse externamente en el dominio del cuerpo en forma física, en asana, esa es la postura del yoga. Muchos hablan de la frustración para lograr la aceptación de la realidad de sus cuerpos.
Nuestra práctica de yoga configura cómo nos sentimos y pensamos acerca de nuestros cuerpos. También da forma a cómo imaginamos que otras personas nos ven.
Las personas que nos rodean y nuestra cultura influyen fuertemente en nuestra imagen corporal. Estamos rodeados de imágenes en los medios de comunicación que nos dicen que no somos lo suficientemente jóvenes, lo suficientemente delgados o lo suficientemente bellos.
Muchos vídeos de yoga contribuyen a las imágenes corporales negativas con los extremos físicos contorsionistas. Sin embargo, en la vida real, solo un pequeño porcentaje de la población es extremadamente móvil y los cuerpos en la vida real son mucho más diversos que los de la mayoría de los videos de yoga, los seres humanos vienen en todas las edades, formas e identidades de género.
En vez de enfocarnos predominantemente en cómo se ve el cuerpo en una pose de yoga, en lugar de mirar nuestros cuerpos desde afuera, vamos a tomar conciencia de la experiencia desde adentro. En nuestra práctica de yoga hacer la pregunta: ¿qué está pasando dentro de mi cuerpo? Nuestra conciencia se vuelve hacia adentro.
Esta forma de experimentar la práctica de yoga desde adentro hacia afuera es una forma de conciencia sutil y más madura. Cada vez que nos volvemos hacia adentro puede ser diferente.
Cuando se vuelve hacia adentro y crea conciencia de su experiencia, sabe que su experiencia momento a momento cambia. Puede ser tentador quedarse con una sensación, sin embargo, estar abierto a los cambios de las sensaciones es parte de una vida consciente.
Cuando traemos nuestra conciencia a nuestra experiencia, nos permite rechazar la charla mental. Nuestros cerebros piensan, eso es lo que hacen. Su valor predeterminado es pensar en el pasado, desear que las cosas fueran diferentes y planificar para el futuro.
Ir hacia adentro con conciencia nos permite establecer una relación entre nuestro cuerpo y nuestra mente para prestar atención a un nivel profundo a lo que está sucediendo en nuestros cuerpos de momento a momento.
Cuando llegamos a nuestros cuerpos físicos con este nivel de conciencia, lo hacemos con amor bondadoso y una tremenda ternura. Somos amables y compasivos con las sensaciones, la incomodidad, el dolor y la tensión.