Emergencias Espirituales
Si bien hay muchas excepciones individuales, de las corrientes predominantes la psiquiatría y la psicología, en general, no hacen ninguna diferenciación entre misticismo y enfermedad mental.
Muchos episodios, incluso aquellos que son dramáticos y alcanzan proporciones psicóticas, no necesariamente son síntomas de enfermedad en el sentido medico. Los vemos como crisis de la evolución de la conciencia, o "emergencias espirituales", comparadas con los estados descritos por las diversas tradiciones místicas del mundo.
La cosmovisión creada por la ciencia occidental tradicional y que domina nuestra cultura, en su forma más rigurosa es incompatible con toda noción de espiritualidad. En un universo donde solo lo tangible, material y medible es real, toda las formas de actividades religiosas y místicas son consideradas como muestras de ignorancia, superstición e irracionalidad o inmadurez emocional. Las experiencias directas de realidades espirituales son interpretadas muchas veces como manifestaciones "psicóticas" de enfermedad mental.
Para algunas psicosis, la ciencia moderna ha descubierto cambios anatómicos, fisiológicos o bioquímicos subyacentes en el cerebro o en otras partes del organismo. Se suele hacer referencia a este subgrupo como a las psicosis orgánicas y sin duda pertenece al dominio de la medicina. Sin embargo, no se ha hallado explicación medica para muchos otros estados psicóticos, a pesar de los concentrados esfuerzos de generaciones de investigadores de varios campos. A pesar de la falta general de resultados en la búsqueda de causas medicas especificas, las denominadas psicosis funcionales suelen ser categorizadas como enfermedades mentales cuya causa se desconoce. Es este subgrupo de psicosis el que nos interesa.
En vista de la ausencia de un consenso claro respecto de las causas de las psicosis funcionales, seria mas apropiado y honesto reconocer nuestra completa ignorancia en cuanto a su naturaleza y origen y emplear el término enfermedad sólo para esos estados para los cuales podemos hallar una base física especifica. Así podemos abrir la puerta a nuevos enfoques al menos para algunas psicosis funcionales, produciendo nuevas perspectivas que difieren de manera teórica y practica de la visión medica. Ya se han desarrollado alternativas, en particular en el contexto de las denominadas psicologías profundas. Estas son diversas teorías psicológicas y estrategias psicoterapéuticas inspiradas por la obra precursora de Sigmund Freud.
Históricamente, la psiquiatría ha hallado una base orgánica para ciertos estados psicóticos y, en algunos casos, incluso tratamientos efectivos para ellos. Además, ha podido controlar con buenos resultados los síntomas de estados psicóticos de origen desconocido mediante tranquilizantes, antidepresivos, sedantes e hipnóticos. La psiquiatría rastrea los estados y las conductas psicóticas hasta las condiciones físicas y fisiológicas, mientras que las psicologías profundas tratan de hallar las causas en acontecimientos y circunstancias de la vida del paciente, habitualmente sucesos de su infancia. De este modo, la psicología tradicional limita las fuentes de todos los contenidos de la mente a aspectos observables de la historia personal del paciente. Esto es lo que denominamos el "modelo biográfico" de psicosis. Hay aspectos significativos de muchas psicosis que no pueden explicarse mediante el método psicológico de descubrir todas las condiciones mentales en la historia de la vida del paciente. Algunos implican ciertas emociones y sensaciones físicas extremas que no pueden entenderse facilmente en términos de la historia de la infancia o de posteriores acontecimientos de la vida del individuo. Aquí entran, por ejemplo, las visiones y las experiencias de dominación por parte del universo, las torturas diabólicas, la desintegración de la personalidad o incluso la destrucción del mundo. Del mismo modo, los abismales sentimientos de culpa, una sensación de condena eterna o impulsos agresivos incontrolables e indiscriminados, en muchos casos no pueden rastrearse hasta acontecimientos o circunstancias específicos de la vida del paciente. Hay otros tipos de experiencias que presentan problemas para la visión biográfica, no solo por su intensidad sino por su naturaleza misma. Las experiencias de deidades y demonios, de héroes y paisajes míticos o de regiones celestiales o infernales no tienen ningún lugar en el mundo tal como lo entiende la ciencia occidental. Por lo tanto, parece obvio sugerir, como lo hace la perspectiva medica, que deben ser productos de algún proceso de enfermedad física desconocido. La naturaleza mística de muchas experiencias en estados de conciencia no ordinarios las pone automáticamente en la categoría de la patología, dado que la espiritualidad no es considerada una dimensión legitima en el universo exclusivamente material de la ciencia tradicional.
Desarrollos en la psicología han comenzado a sugerir fuentes para experiencias tan extraordinarias que están fuera tanto de la patología medica como de la historia de vida personal. Históricamente, el primer avance en este sentido fue la obra del psiquiatra suizo C.G.Jung. Jung expandió ampliamente el modelo biográfico introduciendo el concepto del inconsciente colectivo. Mediante el análisis cuidadoso de su propia vida de sueno, los sueños de sus pacientes y las alucinaciones, las fantasías y las ilusiones de los psicóticos, Jung descubrió que la psiquis humana tiene acceso a imágenes y motivos que son realmente universales. Se los puede encontrar en la mitología, el folklore y el arte de culturas distribuidas no solo a través del globo asi como también en toda la historia de la humanidad.
Estos arquetipos, como los denominó Jung, se presentan con regularidad sorprendente en individuos cuya historia de vida y educación carecen de exposición directa a sus diversas manifestaciones culturales e históricas. Esta observación lo llevo a la conclusión de que existe, además del inconsciente individual, un inconsciente racial o colectivo que es compartido por toda la humanidad. Veía la religión comparada y la mitología como fuentes invalorables de información sobre estos aspectos colectivos del inconsciente. En el modelo de Jung, muchas experiencias que no tienen sentido como derivados de acontecimientos biográficos, como las visiones de deidades y demonios, pueden verse como el surgimiento del contenido del inconsciente colectivo.
EI ideograma chino que corresponde a crisis representa perfectamente la idea de emergencia espiritual. Esta compuesto por dos signos: uno de ellos significa "peligro" y el otro "oportunidad". Así, mientras el pasaje por esa clase de condición suele ser difícil e inquietante, esos estados tienen un notable potencial evolutivo y de curación. Si se las entiende y trata adecuadamente como etapas difíciles en un proceso natural de desarrollo, las emergencias espirituales pueden tener como resultado la cura espontánea de diversas perturbaciones emocionales y psicosomáticas, cambios favorables de la personalidad, soluciones para problemas importantes en la vida y la evolución hacia lo que algunos denominan "conciencia superior". Dado el peligro concomitante y el potencial positivo de esas crisis, la gente implicada en la emergencia espiritual necesita la guía de los que poseen experiencia personal y profesional en estados ampliados de conciencia y saben como tratarlos y apoyarlos. En los individuos que viven una crisis evolutiva de esta clase, los rótulos patológicos y el uso insensible de diversas medidas represivas, incluido el control de los síntomas con medicación, pueden interferir en el potencial positivo del proceso. La dependencia de largo plazo de los tranquilizantes que suele sobrevenir, con sus efectos secundarios bien conocidos, la perdida de vitalidad y el modo de vida condicionado presentan un triste contraste respecto de situaciones en que la crisis de transformación ha sido apoyada, validada, permitiéndosele llegar a su culminación. Por lo tanto conviene destacar la importancia de entender la emergencia espiritual y de crear enfoques comprensivos y efectivos para su tratamiento y adecuados sistemas de apoyo.
En algunos casos es posible identificar la situación que parece haber desencadenado la emergencia espiritual. Puede ser un factor principalmente físico, como una enfermedad, un accidente o una operación. Otras veces, el esfuerzo físico extremo o la prolongada falta de sueño puede parecer el desencadenante inmediato. En las mujeres, puede ser el dar a luz, los problemas del embarazo o el aborto. También hemos visto situaciones en que el comienzo del proceso coincidió con una experiencia sexual excepcionalmente poderosa.
En ocasiones, el comienzo de la emergencia espiritual puede seguir a una experiencia emocional poderosa. Puede tratarse de la perdida de un vinculo importante, como la muerte de un hijo u otro pariente cercano, el fin de una relación amorosa o el divorcio. Del mismo modo, una serie de fracasos, como ser despedido de un empleo, o la pérdida de propiedad, pueden preceder inmediatamente el inicio de la crisis evolutiva. En los individuos predispuestos, el ultimo golpe puede ser una experiencia con drogas psicodélicas o una sesión de psicoterapia experiencial.
Sin embargo, uno de los catalizadores más importantes de la emergencia espiritual parece ser una profunda dedicación a diversas formas de meditación y de practica espiritual.En la practica sostenida del zen, la meditación budista vipassana, el yoga kundalini, los ejercicios sufis o la plegaria cristiana y la contemplación monástica. Cuando diversas disciplinas espirituales orientales y occidentales están ganando rápidamente popularidad, son cada vez mas las personas que tienen crisis transpersonales, otra razón mas por la cual el correcto entendimiento y el tratamiento de las emergencias espirituales sea una cuestión de creciente importancia.
EI espectro empírico de las emergencias espirituales es sumamente rico: implica emociones intensas, visiones y otros cambios de percepción, así como desusados procesos de pensamientos, además de diversos síntomas físicos que van de los temblores a las sensaciones de ahogo. Pero hemos observado que el contenido de estas experiencias parece pertenecer a tres categorías mayores.
El nivel siguiente de experiencias en la emergencia espiritual es el perinatal (o "relativo al nacimiento"). Este aspecto de la emergencia espiritual se centra en temas de muerte y de renacimiento, y se desarrolla en un modelo que tiene una relación tan intima con las etapas del nacimiento biológico que parece ser que implica revivir el recuerdo del propio nacimiento.
Dado que la mayoría de nosotros no recordamos conscientemente nuestro propio nacimiento, tenemos dificultad para creer que la experiencia de nacer tenga algún peso formativo sobre el ser humano. El movimiento perinatal en psicología, que esta en crecimiento y que tuvo sus orígenes en las teorías de Otto Rank, discípulo de Freud y cobro impulso con las investigaciones de David Chamberlain y otros, afirma de manera convincente que el recuerdo sepultado del trauma del nacimiento tiene un profundo efecto sobre la psiquis y puede reaparecer mas tarde en la vida.
En los estados de conciencia ampliados, estas limitaciones parecen no tener vigencia. Cuando entramos en el ámbito transpersonal podemos experimentar histórica o geográficamente acontecimientos remotos de manera tan vivida como si estuvieran sucediendo aquí y ahora. Podemos participar en secuencias que implican a nuestros antepasados, a nuestros predecesores animales o incluso a personas de otros siglos y otras culturas que no tienen ninguna relación ancestral con nosotros.
Los investigadores que han estudiado seriamente las experiencias transpersonales han llegado a la conclusión de que se trata de fenómenos notables que ponen en duda la base misma de la tradicional cosmovisión occidental. Las experiencias transpersonales no pueden explicarse como producto de procesos neurofisiológicos dentro del sistema científico tradicional, que sostiene que la conciencia reside únicamente en el cerebro.
Las experiencias que implican a nuestros antepasados y acontecimientos de la historia de nuestra raza, episodios de la vida de otras culturas y secuencias que tienen la calidad de recuerdos de otras vidas, a menudo implican detalles muy específicos y exactos sobre las costumbres, las armas, los rituales y la arquitectura de estructuras sociales y periodos históricos a los cuales nunca hemos estado expuestos personalmente.
Lo más sorprendente es que aun las experiencias transpersonales que implican entidades y ámbitos que no son objetivamente reales según la cosmovisión occidental pueden transmitir información absolutamente nueva. Por ejemplo, en los estados no ordinarios, mucha gente ha encontrado deidades y ámbitos mitológicos específicos de culturas sobre las cuales no poseen ningún conocimiento personal. Detalles exactos de tales experiencias han sido verificados por la investigación de la mitología correspondiente a esas sociedades. (Fueron tales observaciones, como notamos anteriormente, las que condujeron a Jung al descubrimiento del inconsciente colectivo.)
Fuente: Espacio Nautilus