El viaje del despertar
El fénix es una historia mítica de renacimiento y resurrección. Según la parábola el Ave Fénix es un pájaro amable vestido en un plumaje amarillo, naranja, rojo y oro, que corresponden a los colores del fuego. El pájaro vive un ciclo de vida de 500-1000 años. Al final de su vida el fénix construye un nido de ramas aromáticas y especias, utiliza el sol para encender el fuego y sus propias alas para ventilar el fuego. El mítico ave fénix emprende su muerte; se sumerge en el fuego, es consumido por las llamas y se quema en un montón de cenizas. De las cenizas un nuevo ave fénix nace con una juventud renovada para vivir otra vida.
El ave fénix es un hermoso pájaro que vive para siempre. En la historia, mucha gente se sintió atraída por la belleza del fénix. El sol doto al ave fénix con la capacidad de vivir para siempre. Aunque esto parecía un regalo, con el tiempo el fénix creció, viejo, cansado, y perdió su fuerza. Un día dijo: "Ya no puedo vivir así". Lo mismo sucede en nuestras vidas.
El ave fénix sabe cuándo es el momento de su muerte. Al igual que el fénix, nosotros sabemos cuando las cosas no funcionan, cuando ciertos aspectos ya no nos sirven.
Cuando el fénix reconoce que ha llegado el tiempo para el final, crea el ritual del fuego. Un ritual es un conjunto de acciones realizadas por su valor simbólico. Generalmente los rituales son poderosos y hermosos. Nuestras prácticas de yoga y meditación, estos espacios rituales pueden ser útiles para navegar el período de transición.
Surge la pregunta: ¿Quieres sumergirse en el fuego, invitando a tu propia muerte? Eso suena bastante aterrador. El miedo a la muerte está profundamente en nuestra cultura occidental. El proceso de la muerte no es nada que temer. Es algo que hacemos cada vez que terminamos nuestra práctica de yoga con savasana (pose del cadáver) y cada vez que exhalamos. En cada una de estas situaciones hay un dejar ir y estamos renaciendo.
Así que demasiadas personas temen al fuego, tienen miedo de ser quemado. A lo largo de la historia los incendios han causado gran devastación, muerte y sufrimiento. En nuestra cultura cristiana el fuego está vinculado con el infierno y la condenación. En ciertas sociedades, las brujas eran injustamente quemadas en la hoguera.
Sin embargo, hay muchos aspectos positivos del fuego. El fuego del sol, por ejemplo, da vida, luz y calor. El fuego invita a la transformación. Los incendios forestales son un buen ejemplo. Los incendios forestales son necesarios para el bienestar del medio ambiente, porque queman materiales viejos y muertos y estimulan un nuevo crecimiento. Los incendios forestales limpian y purifican y sin ellos el bosque se estancaría y moriría. El fuego es alquímico ya que separa la escoria del oro. El fuego ofrece las brasas de la conciencia.
Muchas personas temen este proceso ardiente de finales, limpieza, purificación, eligiendo en su lugar la estabilidad. La mayoría preferiría tratar con lo familiar, aunque no sea lo ideal, que arriesgar lo desconocido.
Independientemente, nuestros incendios personales son tiempos de transición: una enfermedad, una lesión, una relación problemática, el descontento en el lugar de trabajo, dificultades financieras, la muerte de un ser querido, iniciar un nuevo proyecto. La buena noticia es que hay una resurrección; vida después de la muerte. Si el ave fénix moribundo simboliza el sol poniente, el fénix que se levanta simboliza el amanecer de un día nuevo y más brillante. Nos levantamos más sabios, mejores, más fuertes, más centrados en la misión de nuestra vida.
En última instancia, el fénix representa un sentido perdurable de esperanza y redención. Debido a que el fénix renace de su muerte, representa la regeneración. Hay vida después de la muerte, resurrección de las cenizas. En última instancia, hay un despertar. Este es el viaje ascendente. A través del proceso de transformación renacemos de nuevo a vivir de nuevo, y por lo tanto un proceso de renovación. La etapa de renovación es importante porque representa un reciclaje. El fuego purificador quema el camino para que el despertar tenga lugar. Así como el yoga es un proceso de transformación personal, el mito del ave fénix que se levanta es acerca de esa renovación metamórfica, el nacimiento del Sí mismo y finalmente nuestro despertar.