Es ampliamente reconocida la función del ejercicio físico como promotor de la salud y de la calidad de vida del individuo, razón por la cual en el mundo se incrementa cada vez más el interés por la práctica de éstos.
En la cultura occidental hay un acercamiento progresivo a la medicina tradicional India, la cual está encaminada fundamentalmente a la promoción de la salud, siendo el Yoga uno de sus principales exponentes.
El Yoga es un método de autorregulación consciente que conduce a una integración armónica de los aspectos físicos, mentales y espirituales de la personalidad humana. Es, además, una filosofía de la vida y una disciplina de autoperfeccionamiento que posibilita el desarrollo de la relación armónica del hombre con el medio que lo rodea.
Sin embargo, en Occidente, frecuentemente se identifican con la práctica de ejercicios Hatha-Yoga, modalidad preparatoria que consiste en un conjunto de posturas, ejercicios respiratorios o pranayamas, de limpieza, de concentración y de meditación en los que trabajan al unísono el cuerpo y la mente. Éstos han ganado adeptos gracias a sus valores preventivos y curativos para diversos padecimientos.
En nuestro país, desde hace ya algunos años, se han venido practicando ejercicios Hatha-Yoga y cada vez, gozan de mayor popularidad. No obstante, su empleo pudiera tener un mayor alcance en la medida que se extienda a programas de intervención comunitaria, en la búsqueda no sólo de prevención y curación, sino también de promoción de salud.
En el presente artículo nos proponemos mostrar algunas de las investigaciones científicas que demuestran el beneficio para la salud de los ejercicios Hatha-Yoga, que esperamos resulten de utilidad para los especialistas interesados en estas prácticas.
Modificaciones producidas en el organismo como resultado de la práctica de técnicas Yoga
En investigaciones realizadas durante la ejecución del Kapalabhati (KB) técnica de limpieza del tracto respiratorio se encontraron variaciones significativas en la intensidad y distribución de los procesos de inhibición y excitación del cerebro, mediante el EEG.
Hubo un incremento relativo de la actividad de las ondas alfas, teta y Beta 1, estas 2 últimas principalmente en la región occipital. De forma similar con el Santhi Kriya ejercicio de respiración y relajación, se obtuvo un incremento de la actividad alfacerebral a nivel occipital y prefrontal de ambos hemisferios.
Por otro lado, el KB promueve los mecanismos de descarboxilación y oxidación en el cerebro y otros órganos del cuerpo, lo cual se expresa en el decrecimiento de los niveles de urea en sangre, el incremento de la creatinina y la tiroxina. Se observan, además, modificaciones en la respuesta metabólica cerebral mientras se realiza la meditación Yoga. Hay una alteración importante en la proporción de glucosa, con un ligero incremento en el área frontal y una reducción más pronunciada en la occipital.
Durante la práctica de un tipo de pranayama respiración rítmica controlada concientemente en que se midieron los potenciales evocados auditivos de latencia media, se encontró un incremento de la amplitud y la disminución de la latencia de la onda Na, sin embargo, la onda Pa no se modificó. La causa de esto puede deberse a una alteración generalizada en el proceso de información a nivel tálamo-cortical primario mientras se realiza el ejercicio.
La mayor parte de los hallazgos, sin embargo, se refieren a los cambios en la respuesta cardiovascular y respiratoria. Por ejemplo, el Jalandharabandha un ejercicio de bloqueo de la laringe, que actúa como facilitador de apnea (Kumbhaka) incrementa el número de vasodilataciones y acorta la latencia de éstas, así como la duración y amplitud de las reacciones vasomotoras, sin que cambie la posición del máximo y el mínimo, en contraste con lo que ocurre con la apnea sola. En sentido general, las personas entrenadas en Hatha-Yoga incrementan la estabilidad del sistema vasomotor, con una latencia más corta y un retorno más rápido a niveles básicos de dicha respuesta, así como también elevan la presión respiratoria y el tiempo de su retención.
También se ha observado un aumento de la actividad del sistema nervioso simpático durante la práctica de la Vrikshasana postura Yoga de equilibrio en posición de pie! incrementándose los minutos de ventilación, la frecuencia respiratoria, la eliminación de dióxido de carbono, el consumo de oxígeno, la frecuencia cardíaca y el pulso. Mientras que la actividad del sistema nervioso simpático se inhibe con la savasana o postura de relajación, que disminuye los niveles de presión sanguínea diastólica y sistólica. Incluso se aprecian reacciones diferentes en el tiempo de ejecución de un mismo ejercicio, como ocurre, por ejemplo, en el Ujjayi pranayama un tipo de respiración extremadamente lenta que incluye retención de la respiración en cada ciclo respiratorio en el que hay un incremento significativo del consumo de oxígeno cuando la retención de la respiración (kumbhaka) es corta y un decrecimiento considerable en éste durante el período de kumbhaka prolongado.
Algunas técnicas de control de la respiración Yoga conducen a un aumento de la temperatura de la piel y oral. Esto es posible porque incrementan la respuesta cardíaca, el tiempo en que decrece el flujo sanguíneo renal y hepático, así como el flujo sanguíneo a nivel cerebral y de los vasos periféricos.
En el funcionamiento del sistema óseo-muscular, se aprecian modificaciones significativas. La capacidad anaeróbica se incrementa, al aumentar los niveles de LDH lípidos de alta densidad enzima utilizada durante el ejercicio para proveer de energía para la contracción muscular y por tanto uno de los medidores de la capacidad física. Las prácticas permiten, además, el aumento de la fuerza de las manos9 y el restablecimiento en las contracturas de las articulaciones mediante posturas como la Pachimottanasana y la Ustrasana.
Las personas entrenadas en técnicas Yoga incrementan sus habilidades en el control muscular general que comprende la relajación y la contracción. Igualmente son capaces de ejercer control, de manera selectiva, de grupos de músculos. Por ejemplo, en una investigación realizada se pudo comprobar que los sujetos podían lograr, incluso reducir la presión anal voluntariamente, lo cual se midió mediante la electromiografía y la manometría. Esta disminución se debió a una relajación activa del esfínter anal externo y pudiera tener importantes implicaciones clínicas en personas con trastornos en la defecación.
La ejecución de ejercicios Yoga, como se ha podido apreciar, proporcionan una serie de transformaciones y beneficios en el funcionamiento de todo el cuerpo. Asimismo permiten el mejoramiento de las funciones psíquicas tanto cognitivas como afectivas y el control voluntario de las funciones habitualmente involuntarias.
Las diferentes técnicas de Pranayama producen un incremento significativo no sólo en la capacidad física del individuo sino también en la percepción por parte de éste de su capacidad tanto física como mental. Las prácticas Yoga, en sentido general conducen a un significativo aumento del cociente de ejecución, de memoria, el índice de fatiga y la capacidad vital, una reducción del tiempo de reacción visual y auditivo, así como a una mejora del estado de ánimo, la disminución de la tensión emocional, la depresión, la ansiedad, la irritabilidad y la fatigabilidad.
El empleo del Yoga para diversos padecimientos
Desde tiempos remotos se conoce los efectos de las técnicas Yoga en el tratamiento de diferentes trastornos. Por ejemplo, se recomienda el Pranayama Bhastrika y las técnicas Uddiyana, Paschimottanasa, Vakrasana, Mayurasana, Trikonasana, Viparitakarani y la Savasana para aliviar la acidez. En el tratamiento de las cefaleas pueden emplearse la respiración rítmica Nadi-Sodhana y las técnicas Viparitakarani y la Savasana. Para la obesidad se sugieren los Pranayamas: Bhastrika, Ujjayi, Kriya Kapalabhati, el Bandha Uddiyana, y las Asanas Paschimottanasana, Trikonasana, Vakrasana, Sarvangasana, Sirshasana, Dhanurasana y Savasana.
Como resultado de investigaciones científicas se ha demostrado la efectividad de la relajación Yoga en la disminución de la presión arterial diastólica y sistólica en personas hipertensas, así como la reducción del consumo de medicamentos antihipertensivos.
Ampliamente se ha reconocido la utilidad de las prácticas Yoga, especialmente los Pranayamas, en el tratamiento del asma bronquial, con la consiguiente mejora de los síntomas, la disminución en el consumo de medicamentos y las modificaciones en la reactividad pulmonar. Esto es posible, en gran medida, gracias a que disminuye la hiperactividad psicológica y la inestabilidad emocional, reducen por tanto, la descarga vagal eferente, y causan la broncodilatación y el decrecimiento de la reactividad pulmonar.
La terapia Yoga es aconsejable en el tratamiento a personas con diabetes, no dependientes de la insulina, y se constata una significativa reducción en los niveles de hiperglicemia, la hipoglicemia oral y en las drogas hipoglicémicas. Cuando se combinan los ejercicios con el tratamiento habitual de enfermos alcohólicos, se acelera el proceso de rehabilitación, lo que implica, cambios en los niveles de satisfacción y estabilidad emocional.
El tratamiento de los desórdenes vertebrales es posible gracias al incremento de la elasticidad de los músculos cortos, la relajación muscular local y general, el fortalecimiento de los músculos extensores y el mejoramiento de la postura, por un lado, y una mayor estabilidad del sistema nervioso autónomo, un mejor estado de ánimo, enfrentamiento de las tensiones y reevaluación positiva del dolor por el otro.
Los beneficios de dichas prácticas también pueden observarse en el tratamiento de diversas enfermedades de orden psíquico, tales como las neurosis, la epilepsia, los estados prepsicóticos y psicóticos y en menor medida en los trastornos psicopáticos.
Asímismo contribuyen al manejo de síntomas asociados con el estrés psicológico. Las prácticas Hatha-Yoga en diferentes grupos etareos A pesar de que algunos gurus hindúes no aconsejan al Hatha-Yoga antes de los 10 ó 12 años, las evidencias destacan su utilidad tanto en el mejoramiento de las funciones intelectuales, como en las relaciones interpersonales y una mejor adaptación social en niños y adolescentes. Por ejemplo, en niños de 6 a 16 años con retardo mental medio, moderado y severo, se observan mejorías en el coeficiente intelectual, luego de 1 año de entrenamiento Yoga, consistente en ejercicios de respiración, Pranayama y Kapalabhati, el Sithlikarana Vyama -ejercicio Yoga para aflojar las articulaciones-, el Suryanamaskar - saludo al sol con 12 posturas Yoga-, la Savasana y la meditación. Dichas técnicas, al aflojar las articulaciones y relajar la musculatura mejoran las habilidades motoras.
Con el control de la respiración se incrementa la coordinación psicomotora. El dominio sobre la mente mejora los procesos de atención y concentración y como consecuencia, el cociente de inteligencia. Igualmente se ha demostrado la efectividad del Yoga en el mejoramiento de la salud de adolescentes asmáticos, al aumentar el funcionamiento pulmonar y la capacidad para el ejercicio, efectos que se constatan, aún 2 años después, en la reducción de síntomas y la ingestión de medicamentos antiasmáticos. A pesar de que existe una tendencia a la disminución de la eficacia de las prácticas, proporcional a la edad, no existen limitaciones para las personas de edad avanzada, siempre que éstas sean moderadas y progresivas, previa realización de exámenes radiográficos.
En 6 meses de prácticas en personas de la tercera edad es posible disminuir la tensión emocional, lograr una mejor relajación, flexibilidad y un mayor sentimiento de autodominio. Incluso con 2 frecuencias semanales por espacio de sólo 16 semanas se obtiene una reducción significativa de la presión sanguínea tanto sistólica como diastólica y del peso corporal (ligeramente).
Perciben más cambios positivos en la calidad de vida, tanto desde el punto de vista social, personal como físico. Como puede apreciarse, existe una gran cantidad de experiencias que avalan las modificaciones que provocan en el organismo humano, las técnicas de Yoga, así como su importancia terapéutica. Sin embargo, no debe perderse de vista el abordaje, en toda su complejidad subjetiva y social, de la potencialización del ser humano, que es precisamente la esencia del Yoga y que constituye un factor importante que debe tenerse en cuenta en las investigaciones.
En nuestra opinión, más importante que el estudio de las técnicas del Yoga, es la investigación del Yoga como sistema. El análisis por técnicas es insuficiente para el avance científico, pues no son más que medios para obtener determinados objetivos esenciales. Incluso, la técnica más elevada del Yoga (Samadhi), que requiere como condición para su práctica un alto nivel de desarrollo, no es más que un medio para obtener el verdadero objetivo del Yoga: elevar la actividad conciente del individuo, de manera tal que éste progrese en todas las facetas de su ser.
Por otra parte, el análisis del Hatha Yoga puro, aunque sea de manera integral, tampoco es suficiente para la comprensión y real investigación de la concepción Yoga, pues esta disciplina no permite por sí sola alcanzar los más elevados estados de desarrollo humano, establecidos por el sistema como un todo, sino que es considerada como una disciplina preparatoria para el verdadero trabajo de Yoga. Recibe el denominativo de Yoga en sentido amplio, sólo indicando la totalidad del proceso de autoperfeccionamiento.
Pensamos que las investigaciones deben también estar encaminadas a desentrañar las relaciones entre las modificaciones parciales producidas por los ejercicios y los mecanismos reguladores centrales o esenciales del individuo. Ello no debe enfocarse sólo con una óptica psicofisiológica, sino que debe trascender a los planos subjetivo, psicológico y social. Las prácticas no se manifiestan al margen de la concepción general del mundo que tenga el individuo, estrechamente relacionada con el desarrollo de su personalidad, y por supuesto con las condiciones socioculturales existentes en general.
En este sentido, la asimilación de las técnicas no es igual en individuos, grupos y sociedades, por lo que las investigaciones debieran tener esto en cuenta con mayor profundidad. Así como valorar el empleo combinado de estas técnicas con la psicoterapia u otros métodos de influencia psicológica y social, culturalmente más asequibles al hombre occidental, que pueden emplearse exitosamente en función del objetivo fundamental del Yoga.
Todo esto nos lleva a considerar que las investigaciones deben hacer énfasis, no sólo en el conocimiento de las técnicas, sino, sobre todo, en el conocimiento de lo que se pretende lograr con ellas en el sistema del Yoga. Esto permitirá, entre otras cosas, esclarecer lo que está detrás de la ausencia o permanencia de los sujetos en las prácticas.
Otro factor que limita el progreso científico en relación con el Yoga, específicamente en el campo de la salud, es que en muchas de las investigaciones, la salud es entendida sólo como ausencia de enfermedad. Por ello, generalmente no se controla adecuadamente el hecho de si se produce o no un cambio en la concepción del mundo del paciente bajo la práctica del Yoga, así como tampoco el carácter ni el alcance de este cambio, tanto para el propio individuo como para la sociedad.
Es importante tomar en consideración que, aún cuando la persona enferma no mejore clínicamente, puede encontrar un nuevo sentido a su vida, una nueva visión del mundo que le permite ser más eficiente en su trabajo, en sus relaciones con los demás, encarando así la vida desde una perspectiva mejor.
Finalmente, en la búsqueda de los efectos del Yoga para la salud, se requiere, por tanto, enfocar al hombre desde una perspectiva amplia, que contemple la salud no sólo como ausencia de enfermedad, sino como una adecuada expresión en los niveles físico, mental, espiritual o mental superior y social.
Fuente: Vivian López González y Alejandro Díaz-Páez Waterland - Macroestetica