Como influyen las emociones sobre nuestro cuerpo según la MTC
En la Medicina Tradicional China (MTC) se reconocen siete factores emocionales o siete emociones básicas. Estos son: alegría excesiva, ira, tristeza, ansiedad, pena, miedo y espanto. En condiciones normales, las emociones son reacciones normales a los estímulos externos y no causan enfermedades.
Sin embargo, si la frustración emocional es muy abrupta, intensa, o persistente, rompiendo así la resistencia normal del individuo, entonces se pueden producir trastornos funcionales de los órganos Zang-Fu al verse alterado el equilibrio armonioso del Qi y la sangre.
En dicho caso, las emociones se convierten en factores patógenos causantes de enfermedades y lesiones orgánicas. En cuanto a su patogénesis, los factores emocionales se originan en el interior del cuerpo y afectan directamente a los órganos internos correspondientes.
En cuanto a su fisiología, las actividades emocionales están estrechamente relacionadas con la manera en que funcionan los órganos internos, el Qi y la sangre. Las actividades de los órganos internos dependen de las funciones de calentamiento y movimiento del Qi y de la alimentación proporcionada por la sangre.
El Qi esencia de los cinco órganos Zang constituye la base material de las emociones. Al mismo tiempo, los trastornos emocionales tienen una influencia real sobre las actividades de los órganos Zang-Fu. Por ejemplo, unas buenas condiciones de trabajo hacen que la persona esté alegre y consecuentemente que haya armonía del Qi y de la sangre y, por consiguiente, no se enferman. Por otro lado, un ambiente de trabajo desfavorable puede causar frustración mental, lo que provoca enfermedad.
Desde el punto de vista patológico, las frustraciones emocionales severas indudablemente afectan a los órganos internos, creando trastornos en sus funciones y conduciendo a la enfermedad:
La IRA provoca un flujo adverso del Qi de hígado, lo cual lleva la sangre hacia arriba. En dichos casos, puede existir disnea, enrojecimiento de la cara, ojos rojos, hematemesis o, en los casos más severos, desmayos.
Los estados de ALEGRIA EXCESIVA provocan la dispersión del Qi de corazón. En condiciones normales, la alegría estimula la armonía del Qi y de la sangre y provoca relajación, pero la alegría excesiva, sin embargo, afecta negativamente al corazón, provocando la dispersión del Qi. Esto puede causar distracción mental u otros trastornos mentales más graves.
La TRISTEZA puede conducir a la melancolía, lo que hace que el Qi se estanque. El resultado es la hipo-función del pulmón, y se manifiesta en un bajo estado de ánimo, dificultad para respirar y cansancio.
El MIEDO causa daños en el riñón, revirtiendo el flujo normal ascendente del Qi de riñón. Los síntomas resultantes incluyen la inhibición de los movimientos peristálticos intestinales y de la micción, dolor en la región lumbar, debilidad de las extremidades inferiores y emisiones nocturnas.
El miedo provoca una disfunción general del Qi. Se dice entonces, en la MTC, que el Qi del corazón "vaga sin rumbo, adhiriéndose a nada." Las manifestaciones clínicas incluyen una tendencia a sentir pánico, miedo e inquietud mental con suma facilidad.
La ANSIEDAD hace que el Qi de bazo se estanque, lo que causa fallos en las funciones del bazo de transporte de nutrientes y agua por todo el cuerpo. Estos estados de ansiedad prolongada que provocan el estancamiento del Qi del bazo provocan una reducción en la producción del Qi y sangre, lo que resulta en una deficiencia de la sangre del corazón, manifestándose en forma de palpitaciones, amnesia, insomnio y/o sueño perturbado. Una función débil del bazo, además, puede afectar al estómago, manifestándose en forma de falta de apetito, distensión abdominal, diarrea y heces blandas.
Nuevamente, lo que hay que subrayar aquí es que el cuerpo humano es un todo orgánico indivisible y el corazón es el órgano soberano de todos los órganos internos. "El corazón juega un "papel soberano entre los cinco órganos Zang y los seis órganos Fu" y debido a que el corazón es la "residencia del espíritu", los cambios anormales en las emociones afectan primero al corazón y luego a los demás órganos.
La experiencia clínica demuestra que las alteraciones emocionales pueden dar lugar a trastornos funcionales de los órganos Zang-Fu cuando estas son muy bruscas o intensas. Tanto los factores emocionales como la predisposición constitucional de la persona determinan que órgano en particular se verá perjudicado y qué cambios patológicos se manifestarán. Consecuentemente, las anormalidades en las funciones emocionales pueden causar alteraciones en el Qi y en la sangre de los órganos Zang-Fu, las cuales a su vez, refuerzan y perpetúan dichas emociones.
Las alteraciones emocionales y del sistema nervioso, como por ejemplo las frustraciones, no sólo provocan nuevas dolencias, sino que también causan que las enfermedades crónicas ya existentes se agraven y, además, la excitación emocional intensa puede agravar el estado del paciente.
En un arrebato de ira, la presión arterial de los pacientes hipertensos se puede disparar causando mareos, coma repentino, hemiplejía o la desviación de la boca y los ojos. Además, los pacientes con enfermedades del corazón a menudo sufren ataques cardiacos debido a trastornos emocionales repentinos.
Aunque las emociones alteradas pueden dañar a todos y cada uno de los cinco órganos Zang, estas afectan principalmente al corazón, hígado y bazo.
Debido a que el corazón controla la mente, su mal funcionamiento puede provocar palpitaciones, insomnio, sueño perturbado, inquietud mental, risa y/o llanto involuntario, manías, histeria, etc.
Los problemas del hígado a menudo conducen a trastornos como depresión, irritabilidad, dolor en el hipocondrio, suspiros involuntarios, sensación de globo histérico (bulto no existente) en la garganta, menstruación irregular, nódulos en las mamas o dolor y distensión en las mismas. Estas manifestaciones ocurren debido a que el hígado falla en su función de mantener el libre flujo del Qi.
El bazo controla el transporte y transformación de nutrientes. Por lo tanto, una disfunción del bazo da lugar a síntomas tales como falta de apetito, distensión y dolor en el estómago y diarrea.
Las emociones pueden afectar tanto a las funciones de un sólo órgano como a las de varios órganos de manera simultánea. Por ejemplo, elucubrar excesivamente puede perjudicar tanto al corazón como al bazo y provocar el consumo de la sangre del corazón e inhibir el transporte y la transformación de los alimentos y bebidas. Cuando la ira daña el hígado, el bazo con frecuencia también resulta dañado, dando como resultado una falta de armonía en ambos.
Fuente de información: https://conmigo8.blogspot/ - Kineducando