Aprender a leer el cuerpo

22.03.2017

Para el diagnosticador oriental, el cuerpo es la manifestación física del alma. Cuerpo y alma son uno. El cuerpo es a la vez síntoma y símbolo del espíritu. 

La diagnosis oriental es el arte de ver lo profundo bajo la superficie; de revelar la verdad interior. 

Cuanto más conocemos nuestras fuerzas, con mayor facilidad podemos elegir caminar en la dirección de nuestros talentos y felicidad. El conocimiento mejora la calidad de nuestra vida. No creo que se deba cambiar para ser feliz. Más bien, es necesario conocer y cultivar lo que está bien en uno. Ya poseemos todo lo que necesitamos para ser felices. 

Solemos tener una visión incorrecta de nosotros mismos. La mayoría de las personas creen que fallan en algo; piensan que tienen que cambiar para ser felices. Esta actitud las impulsa a sentirse inferiores y culpables. Mi posición es diferente. Cada uno de nosotros ya es bueno y valioso; ya somos capaces de ser felices. La clave es conocer y cultivar lo bueno que hay en nuestro interior. Cuando llegamos a conocernos, comenzamos a percibir nuestras fuerzas y debilidades. Mediante la diagnosis oriental vemos nuestras debilidades bajo su verdadera luz: como orientaciones para el comportamiento, no como algo por lo que debamos sentirnos mal. Por ejemplo, supongamos que usted tiene un problema de debilidad intestinal. En lugar de utilizar ese conocimiento para criticarse, puede usarlo para ser feliz tratando a sus intestinos con amabilidad y respeto. Mediante el conocimiento de sí mismo puede elegir con cuidado sus alimentos; puede elegir masticar bien y comer de manera tranquila y reposada. Poco a poco sus intestinos se irán haciendo más y más fuertes; y usted va a pensar con más claridad y a desarrollar mucha más confianza. Va a usar el conocimiento de sí mismo para ser feliz, no para fomentar la autocrítica y la desdicha. 

Verá que dentro de todas las cosas hay opuestos. Uno no es una persona débil o una persona fuerte, es ambas cosas a la vez. Aquí hay una diferencia fundamental entre orientales y occidentales. Los occidentales ven las cosas en forma de absolutos: bueno o malo, correcto o equivocado, fuerte o débil. En Oriente esta visión es diferente. Se puede ser fuerte y débil al mismo tiempo. Un árbol que se dobla con facilidad puede considerarse débil. Pero ese mismo árbol puede ceder ante un viento fuerte, y así sobrevive cuando otros se rompen. La flexibilidad del árbol es su fuerza 

Desde un punto de vista médico occidental, una persona que tiene síntomas de enfermedad está enferma. Eso define a la persona y el tratamiento que deberá recibir. Pero el sanador oriental tradicional ve dentro de la persona enferma la batalla que luchan la enfermedad y la salud. Si no hubiera nada de salud allí, el paciente estaría muerto. Enfermarse es signo de salud. Mientras se está enfermo se está vivo. Mientras se está vivo se tiene la oportunidad de recuperarse. Cuando se está muerto ya no hay más oportunidades.  

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